martes, 15 de septiembre de 2009

Desvelo

Existo en la noche callada,
míos son los sonidos internos de despertares de musas,
de encantamientos cerúleos y mariposas vibrantes
cien verdiazules febriles de colibrí al vuelo.
En la aparente quietud nocturna mi espíritu
vuela libre entre las estrellas, flota meciéndose,
baila en jadeantes vaivenes de luciérnaga
sobre las hojas de árboles que el viento acaricia.
Mi húmeda casa es la noche, el útero cálido que me cobija,
devolviéndome enteros y sólidos,
los latidos constantes que mi corazón entona.
En la madrugada azul conjuro mi sombra,
tímida, acaricio sus largos cabellos y los huelo,
esencia a musgo y bosque me habitan por entero,
su salvaje presencia en mi espacio se incorpora.
Conquisto esta nocturnidad virgen
atravesando su superficie con mis conjuros de antiguos cantos,
salpicando colores a galope abierto, convocando palabras como rezos sacros,
habitándome y expandiéndome, entregándome y existiendo...
Imaginando.

3 comentarios:

  1. Escribes muy bien,también me gusta hacerlo, te dejo un saludo, paty

    ResponderEliminar
  2. me encanta que tengas este regalo de escribir y muy bonito

    ResponderEliminar
  3. Es un don exquisito el de conocer el orden exacto de las palabras para lograr un hermoso texto que retrata lo intangible, que traduce el lenguaje maravilloso del alma...
    Gracias por compartirlo
    Cariños
    Evangelina

    ResponderEliminar

Gracias por tomarte el tiempo de leer y comentar!
Namaste.